Contexto
El Gran Paisaje Chaco – Pantanal comprende un territorio transfronterizo entre Bolivia y Paraguay, de 20 millones de hectáreas de las cuales 12 millones se encuentran en Bolivia. Está conformado por ecosistemas con alta concentración de biodiversidad: el Gran Pantanal, Chiquitanía y el Gran Chaco Americano. En Bolivia, este paisaje de conservación integra un conjunto de 11 áreas protegidas: cuatro de competencia nacional, tres de competencia departamental/municipal, tres indígenas guaraní y una reserva privada, mismas que se encuentran en buen estado de conservación y mantienen la conectividad de la Chiquitania con el Chaco y el Pantanal. Estos ecosistemas sostienen diversos medios de vida y una importante riqueza cultural de las naciones guaraní, chiquitano y ayorea (grupo aún en aislamiento voluntario), cuyas actividades desarrolladas en armonía con la naturaleza han permitido el desarrollo de la sabiduría en el manejo y respeto por todas las formas de vida.
¿Qué hacer?
La creciente perdida de la cobertura vegetal, incendios forestales, expansión agropecuaria, asentamientos ilegales, pérdida de calidad de los hábitats, obras de infraestructura y cambio climático, pérdida de calidad de los sistemas de vida local (principalmente de las comunidades indígenas), son algunos de los principales desafíos que debe enfrentar el Gran Paisaje Chaco Pantanal y que requieren de atención urgente para establecer mecanismos que frenen la destrucción y pérdida del patrimonio natural. En ese sentido, se plantea la presente propuesta bajo un enfoque ecosistémico que busca mantener un complejo de biomas interconectados de bosque-pastizales-humedales, del Chaco y Pantanal, mediante un apoyo continuo que una los paisajes humanos, biológicos y de conservación, para fortalecer la arquitectura natural de los ecosistemas, en alianza con las necesidades humanas.
¿Cómo hacerlo?
Ante esta situación, NATIVA y AVSF unen esfuerzos para desarrollar un proyecto que busca contribuir a la conservación del Gran Paisaje Chaco – Pantanal en Bolivia, mediante el fortalecimiento a nivel local y regional de las capacidades de gobiernos locales, asociaciones, centros de investigación, comunidades, entre otros, para potenciar la conservación de los recursos naturales y las acciones de resiliencia climática sobre los medios de vida, potenciando capacidades en el manejo integral de prevención de incendios forestales y gestión efectiva de las unidades de conservación, que ayuden a mantener su conectividad y seguridad hídrica en el paisaje.
Impulsar, además el desarrollo e implementación de cadenas productivas sostenibles que permitan mejorar y asegurar los medios de vida de las poblaciones locales, apoyando a la seguridad alimentaria y mejorando sus condiciones económicas, colocando en el foco de las acciones la participación de mujeres, jóvenes, pueblos indígenas y población local en general.