Para la integración de las comunidades campesinas indias
Guatemala es uno de los países con más desigualdades en el mundo: este país de renta media presenta en realidad enormes disparidades. La población indígena del Guatemala, mayoritaria y principalmente rural, está sometida a niveles muy importantes de marginalización económica, social y política: 66,5 % de pobreza en las zonas rurales.
Distribuida en la mayor parte del territorio nacional, la población indígena en situación de pobreza se concentra más particularmente en las zonas de tierras altas y frontera agrícola. Su mayor desafío es el control y la gestión de sus territorios y sus recursos naturales (tierra, agua, bosques, biodiversidad). Se opone frecuentemente a la oligarquía tradicional que sigue controlando ampliamente al Estado y pone en marcha estrategias agresivas: plantaciones agroindustriales, minas, hidroeléctricas desconociendo los derechos de los pueblos indígenas presentes localmente. Desde 1980, AVSF apoya a estas comunidades en la defensa de sus territorios, una gestión colectiva y sostenible de los recursos naturales, la promoción de una agricultura campesina diversificada basada en la recuperación de prácticas ancestrales, agroecológicas y la valorización de su producción en los mercados locales.
Mujeres y jóvenes en el centro del desarrollo
En un contexto difícil marcado por conflictos armados, la cooperación de AVSF empezó en Guatemala a mitad de los años 80 para mejorar la salud de los animales de las familias campesinas. Con esta cooperación, se buscaba favorecer la reconstitución del tejido social a partir de la formación de promotores pecuarios, el impulso de farmacias veterinarias y estaciones pecuarias. Se estructuraron asociaciones de promotores pecuarios buscando la sostenibilidad de las mismas y su incidencia en procesos locales de desarrollo.
Hoy día, AVSF apoya a las poblaciones indigenas en una gestión comunitaria eficaz y sostenible de sus tierras y sus recursos naturales: cartografía participativa y plan concertado de gestión territorial con las autoridades indígenas y las colectividades locales son algunas de las herramientas desarrolladas con éxito. La diversificación agropecuaria basada en prácticas agroecológicas e implementación de mercados campesinos locales permitieron mayores niveles de soberanía alimentaria para más de 3 000 familias. Se apoya también la consolidación de una red de organizaciones de forestería comunitaria para la mejoría de las condiciones de vida de comunidades campesinas e indígenas desde la conservación de los bosques, la producción agroforestal diversificada y la prestación de servicios ambientales.
En todas estas acciones, AVSF presta una atención particular a la consolidación de las autoridades indígenas tradicionales así como en la integración de las mujeres y los jóvenes en su funcionamiento.