En el departamento de Huancavelica, situado en la Sierra central peruana, la población campesina vive en condiciones climáticas extremas a alturas muy elevadas (entre 3400 y 3900 mts de altitud). Después del periodo de violencia en los años 80 y 90 (Sendero Luminoso), la región conoce actualmente un lento proceso de restructuración del tejido social. Con una tasa de pobreza del 86%, este departamento es considerado como el más pobre del país.
La diversidad biológica, una riqueza que va desapareciendo en las zonas de montaña
La producción de papas es la principal actividad económica local. Desde hace varios siglos, las comunidades indígenas han sabido valorizar los ecosistemas de las zonas altas andinas y preservar una amplia gama de variedades locales de papas (más de 350), un patrimonio genético de un valor inestimable. Estos tubérculos andinos (papas nativas) de formas, colores y sabores diversos, constituyen uno de los escasos cultivos posibles a más de 3200 mts de altitud. Actualmente, estas familias ya no consiguen vender sus papas a precios rentables en el mercado. Poco a poco van siendo reemplazadas por variedades híbridas “comerciales” con una mayor productividad y las nativas van desapareciendo.
La “papa nativa” para un comercio justo
La transformación de las papas para ser vendidas en mercados más remuneradores es una de las principales iniciativas promovidas por el proyecto de AVSF. Con este objetivo, en 2008, AVSF apoyó la creación de la Asociación de Productores Agrícolas para la Industria Andina (AGROPIA): el objetivo de esta organización campesina indígena es apoyar la producción y la valorización de las papas locales.
Se trata de transformar estas papas de color azul y rojo en papas fritas para su exportación a través de los circuitos de comercio justo. Tras varias experimentaciones sobre la transformación de papas en papas fritas, la instalación de bancos de semillas para la conservación de las diversidad de las variedades, la implementación de un sistema post-cosecha (selección, colecta y almacenamiento) y un apoyo para los procesos de transformación, con la ayuda de la empresa cooperativa Ethiquable, el primer lote de papas fritas pudo ser exportado al mercado francés de comercio justo. Por otro lado, AGROPIO contó con un acompañamiento para conseguir la certificación en comercio justo, etapa determinante para la puesta en marcha del proyecto.
Este trabajo a favor de las familias de cuatro comunidades campesinas del distrito de Pazos, permite mejorar los ingresos de 65 miembros fundadores de AGROPIA, lo que equivale a unas 500 personas. Con el apoyo de la Municipalidad local, también se pudo redinamizar la producción de papas en este territorio de montaña y suscitar el interés de compradores peruanos para la comercialización de “papas nativas” fritas en el mercado nacional.
Este proyecto recibe el apoyo de la Unión Europea, la Agence Française de Développement y la Fondation Rabobank.
Descubra más detalles del proyecto a través de este vídeo:
Video de V’idéaux Prod