Ganadería y cambio climático
Ganadería y cambio climático: Ir más allá de las ideas preconcebidas y reconocer el lugar específico de la ganadería campesina
Este texto permite a AVSF posicionarse sobre una temática de actualidad muy controvertida. El objeto es de ir en contra de las ideas preconcebidas e ilustrar el papel fundamental que desempeña la ganadería campesina en los países en vía de desarrollo para responder a los desafíos de la compensación y de la adaptación.
Si bien es cierto que la ganadería campesina y pastoril de los países pobres contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero, sólo representa una mínima amenaza frente al desarrollo desenfrenado de las explotaciones industriales en los países desarrollados y emergentes. Al contrario, la ganadería campesina puede jugar un papel decisivo para mejorar la resiliencia de las poblaciones rurales frente al cambio climático, al mismo tiempo que puede generar numerosas externalidades positivas en los ámbitos económico, social y medioambiental. Con su conocimiento ancestral de los distintos medios naturales, los ganaderos han establecido sistemas de producción, seleccionando razas y desarrollando prácticas, de las cuales algunas a menudo constituyen ya una respuesta pertinente al cambio climático.
La estigmatización sin matices que han sufrido la ganadería y el consumo de carne podría desacreditar una herramienta valiosa y asequible frente a las consecuencias ya visibles del cambio climático en los países del Sur. Por esta razón se debe abogar de manera activa en este sentido, para rehabilitar una ganadería con menos emisiones que sea un vector de adaptación para las poblaciones vulnerables.
Esto supone una concertación y unas políticas adaptadas a nivel local, nacional e internacional para orientar la cooperación (1) hacia las necesidades urgentes, guiándose por las mutaciones climáticas actuales (por ej. concertación acerca del acceso a los recursos, protección de la biodiversidad, diversificación de las unidades de producción agrícolas, lucha contra las enfermedades animales…) y (2) hacia acciones piloto (por ej. técnicas ahorradoras de energía, adaptación de las raciones alimentarias, desarrollo de mecanismos de certificación…) según procesos extremadamente innovadores, que vinculan de manera más estrecha a actores nuevos tales como la investigación o el sector privado.
La crisis alimentaria, climática y económica que estamos atravesando debe llevarnos a cuestionarnos de manera colectiva y mucho más profunda acerca de los medios para desarrollar futuros modelos de cultivo y ganadería más respetuosos del hombre y su entorno. ¡Para lograr este fin, la ganadería campesina tiene aún muchas cosas que enseñarnos!