Gestión social de los recursos naturales y territorios: guia metodológica
Síntesis
Consideramos que la gestión social de los recursos es un elemento fundamental para un desarrollo sostenible y para la viabilidad de la agricultura familiar de los Andes, tomando en cuenta no sólo los aspectos económicos sino también los políticos, ambientales y sociales. Se hace necesario analizar y difundir las experiencias que han permitido a organizaciones o comunidades campesinas reforzar su capacidad para defender sus derechos y su acceso a recursos a través de la búsqueda de acuerdos para un desarrollo durable con la sociedad global, todo esto en un entorno de cambios acelerados que demandan gran versatilidad.
Deterioro ambiental, sobre-aprovechamiento de los recursos naturales o uso extractivo de estos recursos, tales son, entre otras, algunas características que acompañan los procesos globalizados de desarrollo económico que se fundamentan en la competitividad entre actores y la asignación del recurso al más eficiente, desde un punto de vista estrictamente económico. ¿Pero de que eficiencia hablamos si este desarrollo marginaliza a millones de personas excluidas del acceso a recursos vitales como la tierra o el agua, y sigue poniendo en peligro al planeta del futuro?
Mientras se multiplican las conferencias internacionales y las iniciativas nacionales para buscar posibles soluciones a estos peligros y para proteger el medio ambiente, no se vislumbra, sin embargo, hasta la fecha ninguna voluntad fuerte para cuestionar el modelo mismo de desarrollo que conduce a tales aberraciones. La eficiencia económica queda como el mayor criterio de definición de las políticas ambientales y de desarrollo en general.
Más grave todavía y más allá del deterioro ambiental, son los derechos sociales, económicos y culturales de millones de personas, en especial en los países del sur, que son sencillamente olvidados, al negarles el acceso o el reconocimiento de derechos de uso sobre los recursos naturales de sus propios territorios.
Ahora bien, en la región andina en particular, la gestión y el manejo de los recursos naturales obedece desde siglos, no solamente a leyes económicas o físicas, sino a una construcción social e histórica, en la que los pobladores de un territorio definen colectivamente las normas de acceso y las reglas de uso de los recursos, con criterios económicos, pero también sociales, culturales y de sostenibilidad. Es cierto que la globalización, la apertura del mercado, la puesta en competición de las sociedades campesinas han debilitado algunas de estas formas de organización y gestión del territorio. Pero su existencia conduce al reconocimiento de estas prácticas y a partir de ellas, proponer nuevos enfoques y métodos para una gestión eficiente y sostenible de los recursos naturales, que ponga de nuevo al ser humano en el centro.
Opuesta a la visión utopista de un uso sostenible de los recursos por su priorización según un criterio de eficiencia económica, muy distinta de una respuesta no menos débil de la economía ambiental, la gestión social de los recurso y del territorio hace hincapié en dar el poder a los actores locales y confía en que ellos puedan definir de forma concertada normas y reglas para un acceso y uso eficiente y sostenible de los recursos que reconozca los derechos e intereses de los distintos grupos, así como de la colectividad, pero sin excluir a nadie. El punto de partida es que los recursos son bienes comunes cuyo acceso y usos deben ser definidos no solo por la ley del mercado, sino por normas sociales colectivamente establecidas y reconocidas.