La educación de los y las jóvenes rurales constituye un factor indispensable, tanto en el diseño como en la implementación de políticas públicas de los Estados. Las formaciones deben responder a la diversidad y complejidad de los territorios y contextos cada vez más desafiantes.
La juventud rural mantiene una permanente movilidad hacia otros territorios, sobre todo en búsqueda de oportunidades de trabajo y estudio. Por otro lado, los territorios pierden de manera continua su potencialidad productiva lo que lleva a que las familias diversifiquen sus ingresos a través de la migración. Ante esta situación las alternativas educativas deben orientarse a reforzar un sentido de pertenencia a estos territorios rurales que son fundamentales para la seguridad alimentaria del país y la conservación de la biodiversidad y medio ambiente.
La brecha de género también se visibiliza en la ruralidad. Las mujeres son históricamente postergadas porque, adicional al sostenimiento del trabajo agrícola, se suman las tareas de cuidados, reduciendo así las posibilidades de participar plenamente en proceso de formación contextualizados y oportunos.
En América Latina, las condiciones y oportunidades para los y las jóvenes rurales se vinculan directamente con los esfuerzos comprometidos y articulados del ámbito educativo, del trabajo y el empleo para el fortalecimiento y empoderamiento oportuno de las personas y los territorios.
Este fue un reporte generado por Radio Fe y Alegría, Paraguay y la Red de Radios de Radios Educativas del Paraguay, con el apoyo del Ministerio Europeo y de Asuntos exteriores de Francia. Liderado por FranceAgriMer y France Volontaires, coordinado por el Ministerio de Agricultura y la Alimentación de Francia y operado por Agrónomos y Veterinarios sin Fronteras AVSF